jueves, 25 de febrero de 2016

Cómo hacer amasake casero








Había una vez, hace años, una mujer enamorada del koji porque le encantaba hacer amasake de mijo. Entonces el koji era un producto relativamente fácil de conseguir como especialidad macrobiótica. 
Me encantaba, "lo flipaba". Pero un día desapareció del mercado. Lo busqué y busqué por todas partes. Y nada. Yo siempre guardé un poquito como una reliquia. Aunque sabía que se podía hacer amasake con germinados, como que no me animaba. Pero un día resurgió a través del foro de la Escuela virtual. No me lo podría creer. La tienda ekomer lo ofrecía on-line (http://ekomer.es/es/macrobiotica/1433-genmai-koji-500gr.htm) . Llamé incluso para confirmar los hechos y ¡eureka!
Vamos a por el amasake que yo definiría como una mermelada de cereal. Es dulce pero tampoco mucho, lo más curioso es su toque de fermento.
Y todo gracias al producto mágico, el KOJI, cereal seco inoculado con el hongo aspergillus oryzae que realizará el proceso de fermentación y así permitir convertir el almidón del cereal en azúcares más simples y por supuesto dulces, pero sanos y digestivos.


Amasake



Ingredientes:
Lo vamos a hacer de mijo.
250 g mijo (en este caso)
1cs colmada de kojI


Preparación:
Ej: mijo. Lavamos el mijo y lo introducimos en tres partes de agua hirviendo con una pizca de sal. Tapamos y bajamos el fuego al mínimo. Cuando se agote el agua a los 25 min. apagamos el fuego.

Parte común a todos lo cereales una vez cocinados:
Después de cocinar el cereal esperamos a que se atempere un poco (caliente pero lo justo para tocarlo y no quemarnos).
Añadir el koji y remover bien con una cuchara de madera o amasando con la mano (más auténtico). 
Tapar y permitir fermentar durante unas 6-8 horas. La temperatura debe ser cálida.  Yo empleo una yogurtera.
Al final veremos cómo se ha convertido en algo más cremoso, mucho menos apelmazado.
Entonces procedemos a dar un hervor para interrumpir la fermentación (si no al final se nos volvería alcohol).
Lo podemos pasar por el chino para una textura más fina.

Guardar en frío tapado durante unos días y listo para tomar tal cual o para usar con lo que queramos. Podemos añadir más ingredientes al gusto, como canela, piel de limón, crema avellanas, toque de vinagre umeboshi, fresas maceradas... 

Alumnos, para seguir con la lección, pincha en la escuela Amasake casero

A disfrutar del día y espero os haya gustado.

Un abrazo,

Raquel Magem




1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias a la receta de tus carquiñolis molonguis he encontrado marido, gracias por inspirarme en cada una de tus recetas. Un abrazo.