jueves, 25 de enero de 2018

Pesto, una salsa fantástica

¿Te apuntas?



Esta salsa siempre me ha encantado. Cuando era niña, y comíamos en algún restaurante italiano con mis padres, mi opción favorita era espaguetis con salsa pesto.
Resulta "genial" que te cuadre "sano" con algo que te encante y además de toda la vida. Y cuando además lo disfruta a tu hija de tres años, ya ni te cuento.
Y es que la salsa pesto es de las salsas tradicionales más saludables. La base de esta receta es la albahaca (Ocimum basilicum), una planta aromática y terapéutica que, además de proporcionarnos un exquisito sabor en la cocina, se le confiere multitud de beneficios para para la salud como propiedades antioxidantes, antibacterianas y antiinflamatorias. Indicada en casos de insomnio y ansiedad, fatiga y para mejorar la digestión entre otros usos y aplicaciones.
Los demás ingredientes como ajo, piñones y un buen aceite de oliva no se hace ningún feo, sino junto lo contrario. En conjunto, fantástica salsa. Eso sí, si es para pasta, como mínimo integral. Yo suelo usar integral de kamut ecológica.


Espaguetis integrales al pesto

Ingredientes “orientativos” para unos 2 platos de pasta:
125 g espaguetis integrales de kamut o espelta
15 g de hojas frescas de albahaca. Si no tienes plantada lo ideal es comprar una maceta con albahaca para cocinar y mejor si es eco
15 ml de aceite de oliva primera extracción en frío
20 g de piñones
1/2 diente de ajo sin corazón
Pizca sal marina
Unos 30 ml de agua caliente de cocinar la pasta
Parmesano o queso similar para mezclar o para decorar el plato (al gusto del comensal). Opción vegana con levadura nutricional

Elaboración
Nota importante: Cocinar pasta y salsa al unísono y tomar al momento. 
La auténtica salsa se elabora en un mortero, mezclando primero los ingredientes secos sin aceite para añadirlo después poco a poco en forma de hilo sin dejar de remover. Después añadir el agua de cocinar la pasta para que no quede tan aceitoso y acabar de mezclar. 
Probar, ajustar de lo queramos más cantidad y ya lo tenemos listo para mezclar con la pasta (no es un enorme plato, lo justo para saborearlos) y a comer.
Lo que he descubierto es con un suribachi (mortero japonés con estrías vinculado al gomasio) se hace muy rápido y queda genial.
Raquel Magem
http://ladietistaraquel.es

lunes, 15 de enero de 2018

Mi primer pan


Hola a todos,
Después de tantos años sumergida en la cocina natural y sabiendo lo que era una panificadora, no sentí el impulso verdadero de desear hacer el pan yo misma, por razones como: es un "trasto" más el la cocina, el pan no es una prioridad en mi dieta frente a los granos, ya compro panes de calidad, no tengo tiempo para liarme,...

Y aquí me tienes, super ogullosa de mi pan. Y no es como cocinar otros platos, es diferente, otra experiencia, difícil de explicar, pero la sensación es de "parir", de algo realmente tuyo, algo que hace aflorar sentimientos de amor.
La historia fue así. Porque casi todo tiene una historia detrás, donde una cosa te lleva a la otra.
Hace unos meses me compré un libre de nutrición en el que el autor hizo un pincelada sobre la importancia de moler en casa el grano, ya que las harinas industriales, aunque integrales, solían someterse a métodos poco recomendables para las salud. El grano se "pulverizaba" tanto que para el organismo más que un hidrato complejo, se acercaba a los azúcares que intentamos evitar.
Me saltó la chispa; aunque también sabía de molinillos, yo ni caso. Me sobrevino el instinto maternal y me pedí para Papa Noel un molinillo para hacer yo la harina.
El resultado es que me pareció maravilloso, fascinante esto de moler de verdad, pasando el grano entre dos piedras, como antiguamente. Además, cómodo y rápido de usar. Es un gran invento.
Y después de probar con empanada y pizza "mejoradas" sustancialmente, el siguiente paso, EL PAN. Pedí una panificadora prestada para probar y a la primera no me surgió ninguna duda; valía la pena. Y mi marido me regaló una.
Me pregunté, ¿qué es lo que quiero que lleve? Y me puse hacer mis cálculos para la receta.


Y ahora encantada de la vida, olor, textura, sabor, saber lo que lleva, crear.  
No es como el pan artensano de verdad, que amasas, que lo horneas con levadura madre en horno de leña; es algo "alcanzable" en la vida moderna, equilibrio entre vivir en un piso con muchas cosas que hacer además de cocinar y disfrutar de algo especial, que al fin y al cabo, en la vida lo que nos queda importante no es más que la suma de momentos especiales. Desayunar toda la familia tostada de nuestro pan es un momento muy especial.
Pan casero 100% bio con panificadora

Para 1200 de pan:
500 g harina integral espelta (recién hecha con molinillo en mi caso)
1 sobre levadura granulada (1 sobre para 500 g de harina)
6 ml sal marina
2cs / 60 g miel de calidad (queda mejor con miel) o melaza de arroz
5 ml vinagre de manzana
50 g copos avena (hay de avena germinada)
50 g copos centeno 
80 g  pipas girasol
40 g semillas lino
20 g semillas amapola 
20 g semillas sésamo
2 cs / 40 g mantequilla ghee o normal (la dispongo en el agua templada)
400 ml agua de calidad templada

Procedimiento
Con la panificadora es muy sencillo. Disponer todos los ingredientes en el orden que aparecen y empezar “sin retraso” (evito que la levadura entre en contacto con el agua horas antes de amasar) a elaborar el pan con el programa de Integral. 
Raquel Magem
http://ladietistaraquel.es/escuela/