jueves, 1 de agosto de 2019

Productos que dejan huella como la levadura nutricional



¿Quien conoce la levadura nutricional?

Yo la probé por primera vez en un taller de cocina crudivegana de la mano de que tuve la oportunidad de asistir en San Sebastian (organizado por Otarra). Lo que más me llamaba la atención es la increíble creatividad de sus recetas y sentía curiosidad por esta parcela de la cocina natural.
De toda aquella experiencia me quedé pregonada de un producto en particular que se usa muchísimo es este estilo de vida. La levadura nutricional (supongo porque son proteínas de un pseduanimal, no animal, pero lo más cercano sin ser planta y además super rico y versátil).
Son una especie de copos finos que saben a queso, no, mejor que el queso, increíble.
En una cucharada que espolvoreas sobre cualquier plato  (en especial macarrones) obtienes un saladito, aroma queso y todo que sienta de lo más ligero. Pero es que hay mucho más, enriqueces el plato con vitaminas del grupo B, aminoácidos (proteínas) y fibra.
Yo siempre lo tengo en un bote a mano para echar en cualquier momento.
Y sobre todo, no confundir con levadura de cerveza que es un desecho, esta se elevadora de forma expresa. Tiene más propiedades pero sobre todo esta´realmente rica. Y es que si te confundes, dirás con decepción, ¿y esto estaba tan rico?
También es verdad que después de probar muchas marcas no todos son iguales, unas están más ricas que otras, la verdad.
Si te gusta el queso, y te va esto de cuidarte y prefieres restringir el consumo de este lácteo, este el producto que te hará feliz.
Otra alternativa es ponerte a hacer quesos veganos, todo un reto, hay que ponerse. Pero con esta alternativa, cucharada y listo, por lo menos para quitarte el gusanillo.

Para ser sincera, antes de comía queso a quilos, nunca menos de dos veces al día. Con la macrobiótica lo dejé, y me sentó genial, pero nunca me dejaron de gustar, una renuncia con un coste emocional. Ahora disfruto cada día de este producto y de vez en cuando, me reservo ocasiones para un poco de queso de cabra o una pizza con mozzarella. Y así he encontrado mi equilibrio. Disfruto del queso en ocasionalmente y sin remordimientos ni apetencia por tomarlo todos los días.

Y todo esto lo cuento para compartir la experiencia y si a alguien le es de utilidad, pues genial.

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