domingo, 8 de febrero de 2009

Es tiempo de alcachofas.

No me refiero a la dieta de la alcachofa, por su puesto. Si no a disfrutar de ellas en la mesa, porque están ricas y por su puesto son depurativas.
¿Por qué quiero dedicarles una intervención?. Por una curiosa razón. Continuamente me encuentro con gente que las prepara despojando a la flor de casi todas sus hojas y quedándose solo con el corazón. Esto se traduce en una pérdida de alimento y de tiempo (hay gente que les da pereza prepararlas en casa porque dicen que les supone mucho trabajo).
Es muy fácil prepararlas y aprovechar al máximo sus ventajas.
Se cogen unas 8 unidades medianas, se corta solo el rabo y se lavan. Se colocan derechas en el fondo de la olla a presión y se añade agua que cubra la mitad de la altura de las alcachofas. Se tapa y se deja pitando unos 12 minutos. Se abre la olla y listas para tomar con alguna salsa ligera.
Por supuesto que mejor beberse el caldo.
Al vapor se harían igual pero bastante más tiempo.
Que aproveche, deshojala, chupala, y deja solo lo duro. Luego te aguda su sabroso corazón.