En la mayoría de ocasiones la motivación principal de iniciar el tratamiento es perder peso y cuando des del primer día entran en una continua escalada de bajada de peso se animan muchísimo y automáticamente se convencen de que ha encontrado su camino.
Y es que con mi método se baja, baja y baja, aunque sea despacio, porque siempre lo hacemos de manera equilibrada, y el truco está más la calidad de los alimentos que en reducir, reducir y reducir las calorías.
Pero hay veces en las que cuesta arrancar y se tarda un poquito más. Para iniciar ese continuo descenso de peso el cuerpo tiene que encontrarse “a gusto” y como no existe una formula única y perfecta para todo el mundo hay que trabajar para encontrar esa “dieta personal ideal”. Por otra parte, también es cierto que las personas que provienen de regimenes estrictos son a las que más les cuesta de bajar, “han maltratado a su organismo” y ahora se deben pagar las consecuencias. Pero solo es una piedra en el camino que retrasa la consecución del objetivo, para nada la posibilidad de alcanzarlo.
Por lo que a mí respecta no tiro la toalla, no me rindo, yo también lucho con ellos, la solución está ahí, a un paso, solo hace falta encajar la llave en la cerradura que nos abre las puertas.