Otoño, primeros fríos de vedad, época de boniatos. Ayer hice unos cuantos pequeñitos al horno y como olía toda la casa…Un regalo de la naturaleza que compensa la desagradable sensación de estar destemplado, las pocas horas de luz, el recogimiento.
Una unidad mediada constituye una merienda genial, incluso sin estar caliente resulta apetitoso, suave y dulce, un auténtico pastelito en el que deleitarnos y además comer sano.
Aprovéchalos ya!.
Y otra son las castañas!