Esto es lo que creo que diría Sara de 9 meses si hablase. Ahora lo expresa lanzando brazos hacia los arbolitos de brócoli cuando los divisa o gimiendo para pedir más cuando se le acaba el que tiene entre las manos. Le apasiona, color, textura, sabor... no lo sé, pero os aseguro que le gusta más que el pan.
El otro día vi la película de animación INSIDE OUT (muy bonita) y me llamó mucha la atención el como se plasma la relación de pura aversión de los niños frente al brócoli. Supuestamente es gracioso, se trata de uno de miedos de la niña, y lo incluyen en el trailer.
La cuestión es, ¿a los niños no les gusta la verdura o es que los adultos asumimos que no está rica y es lo que les transmitimos?
No lo sé, es complicado, pero hemos tenido suerte.
Se lo ofrezco igual que para nosotros. Como para mí es ideal. Al vapor en su punto de cocción, algo crujiente y sin perder el intenso color verde indicador de antioxidantes, vitaminas y vitalidad.
Preparación:
Cortar a mano las flores de brócoli (si alguna es muy grande, con cuchillo la parto por la mitad).
Lavar bajo el grifo de forma muy rápida para una mínima pérdida de vitaminas.
Poner agua a hervir pero no demasiada.
Incorporar la verdura en el cesto.
Tapar y esperar tan solo unos 4 minutos (depende tamaño) a que se cocine al vapor.
Y a comer estas florecillas con intenso y precioso color verde.
Más sencillo casi imposible, ultrarápido y vistoso, ¿Y sabes lo rico que resulta el brócoli crujiente?.
Toda una delicia de verdura de invierno ya que con el calor y el sol se estropean y amarillean.
Crucífera número 1 en anticancer, gracias a su contenido en indol-3-carbitol.
Contiene gran cantidad de vitamina C, ¡más del doble que las naranjas! y también de ácido fólico (una de las vitaminas más importantes para embarazadas), además de otras vitaminas, por lo que resulta especialmente interesante conservar el máximo de aporte de estas maravillas.
Si lo comes crudo te puede resultar indigesto y si lo cocinas mucho pierdes excesivas vitaminas. Un escaldado rápido o un ligero vapor, es decir, al dente, es ideal para encontrar el equilibrio. El color verde intenso es la prueba de la optimización de nutrientes. Más color que crudo y que "pasado" o excesivamente cocinado. Ver receta: Brócoli
Los tallos pelados y troceados también se pueden comer o incluso hacer salsas.
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