Este es otro nivel. Un día no le das más importancia, simplemente te parece interesante, pero no sientes esa necesidad de “buscar” etiqueta eco en la elección de tu vestuario. Y de repente, te ves comprometido con la causa.
Primero suele ser la comida por el solo hecho de que está MAS RICO, después los productos de cosmética y limpieza de la casa… pero no tiene porqué ser este orden.
Lo de la ropa me surgió a partir de la visita a Biocultura Madrid de esta última edición. Conoces a gente que te expone sus argumentes, lees de aquí para allá, y de repente germina la semilla en tu interior.
Lo positivo sobre la ropa es que al ser más selectivo, se reduce tanto la oferta, que también lo hace la furia del consumismo, los típicos escaparates dejan de interesarte, así que al final ahorras y todo. (Tampoco se trata de renovar vestuario, simplemente de ser consciente de lo nuevo que se adquiere)
Ejemplos de que este tema ya está en marcha, es que además de “4 gatos” de fabricantes que se dediquen a ello con todo su amor y dedicación, las grandes empresas se han puesto manos a la obra. Etam de lencería tiene su colección eco y sin diferencia de precio del resto y en Decathlon podemos comprar camisetas de algodón eco de varios colores (ayer me compré dos). Además os remiendo la web www.verding.es, ropa eco “moderna”.
Ventajas añadidas a de las mismas de siempre relacionas con lo eco es que se trata de prendas libres de pesticidas tóxicos que atraviesan los poros de la piel y la calidad para que te sientas “agustito”.
Quizás sea demasiado para ti, pero ahí va, gracias por leerme. Espero que cada vez seamos más.
Con amor
Raquel
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