Estamos acostumbrados a relacionar esta verdura con el formato congelado y enlatado, como si no existiera otra posibilidad, la natural. Y si hay algún momento del año para comerlos es ahora. Si bien es verdad que resulta laborioso el desvainarlos, os aseguro que vale la pena, auque solo sea para probarlos. Se pueden emplear unos cuantos en infinidad de platos como paellas o ensaladillas o cocinarlos al vapor con zanahoria, puerro y champiñones por ejemplo.
Por supuesto que son sanos, ricos en vitaminas del grupo B como el ácido fólico y particularmente proteicos por ser una leguminosa. Todo y eso, la pregunta de siempre: ¿Puedo comerlos si quiero adelgazar?. Pues claro. Es verdad que son el doble de calóricos que otras verduras como las acelgas, pero en calorías la diferencia de una ración se traduce en no más de un par de galletas maría.
Hasta la próxima fruta/verdura de temporada.
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