Acabo de subir al tren destino Madrid. Hace unos minutos
estaba en Donostia. Escribo desde mi
portátil. Siento algo fuerte en mi corazón. Siento que ha estado maravilloso.
Maravilloso.
Realmente no sé cómo expresar mi inmensa gratitud a Otarra y
Escuela de Cocina Luís Irízar y por supuesto a las personas concretas que con
su esfuerzo y dedicación han hecho esto realidad. También a los
asistentes por venir con tantas ganas e ilusión al curso. Incluso los de la
Pensión han sido encantadores. Este ha sido el tercer fin de semana en esta ciudad que me cautivó desde el primer instante. Atrás quedó
el día que me propusieron dar clases en el País Vasco, empezamos en febrero,
nevó a nivel de mar, acabamos hoy, un SOL resplandeciente. Atrás quedaron muchas
recetas, preparativos, imprevistos, risas, buenos ratos y “nervios” (al final
ya casi nada jejeje). Lo he hecho lo mejor que he sabido, por eso estoy bien
tranquila, intentando que la gente aprenda lo máximo y lo pase bien. Me encanta
cuando disfrutan con mis comidas. Hoy mismo, una alumna ha comentado en clase
que le dió a probar a sus hijos crema que sobró y le dijeron: “¡Mamá! ¡Si esto
es alta cocina! ¡Queremos esto! Yo, por supuesto, me he sentido orgullosa.
Llevar “la comida sana” para toda la familia con sabor, con color, con amor, es
mi gran propósito. Os lo muestro en este vídeo
Espero y deseo VOLVER. Sus calles, sus gentes y sus LAS
OLAS, una mar que me hace reencontrarme conmigo misma.
GRACIAS
Un fuerte abrazo
¡Agur!
Raquel Magem
Aprovecho para comentar que ahora tenéis la gran oportunidad
de las estancias de verano, gran curso de inmersión, más que clases, toda una
vivencia. Reserva tu plaza.
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