Eran ecológicas, evidente, pero eran fresitas, no fresones, con toda su fragancia y en todo su esplendor, en plena temporada. ¡Una pasada!
Y es que si tomas fruta, lo del tiempo y del lugar no tienen igual. Por sabor (pruébalo), por economía (más barato), por ecología (se minimizan recursos necesarios de producción) y por salud (si se da aquí y ahora, es por algo, y si no se da, también. Piénsalo).
Y dentro de las frutas, las fresas eco, sin pesticidas, es de lo más equilibrado y sienta de maravilla. Y además versatilidad total en la cocina. Con fresas te hago de todo en postres: compota, galletas, “yogur”, salsas, mouse, bizcochos…
La pena, es que se acaba la temporada. Pero se acaba para regresar el año que viene. Como un ciclo. Como tantas cosas del maravilloso ciclo de la vida.
¡Que disfrutéis lo que nos queda de la temporada de la fresa!
¡Y pronto las cerezas!
Raquel Magem
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