miércoles, 20 de enero de 2016

El privilegio de comer sano. Un ejemplo de quinoa bien hecha.








Hola a todos,

Ayer me puse muy contenta.



Hablé por teléfono con una alumna y me comentó que aprovechaba la ocasión para felicitarme, viniendo a decir algo así como "gracias por hacer posible aprender tanto con la escuela virtual, que con los vídeos se comprende todo muy bien..." y también "tenías razón, se es más feliz comiendo sano y disfrutando de la comida, es la mejor inversión de mi vida y te estaré siempre agradecida."

Se me puso la piel de gallina. Gracias a ti por confiar en mi proyecto y darme fuerzas para seguir adelante.

Y con toda la alegría, comparto con vosotros un vídeo de cómo cocinar la quínoa y además un ejemplo (el del libro Yin Yang) de las infinitas combinaciones para disfrutarla.


Quinoa básica.
Lavar exhaustivamente la quinoa  en un bol con agua fría frotando el grano con los dedos. Repetir la operación unas cuantas veces. Escurrir con colador fino.
Tostar en una olla sin aceite hasta que los granos queden secos y sueltos. Al principio a fuego algo alto (para que se evapore rápido el agua de la quinoa) pero enseguida lo bajamos (para que no se queme) y removiendo frecuentemente hasta que esté totalmente seca.
Incorporar a la quinoa dos partes de agua hirviendo, añadir pizca de sal y dejar cocer tapado y a fuego bajo durante unos 15-20 min. o hasta que se agote el líquido de cocción. Recomendable emplear difusor de llama.
Comprobar que se agotó todo el líquido y que nos queda perfecta.
Pensar que al enfriar nos tiene que quedar bien suelta para hacer una buena ensaladilla. Para ello es mejor extender en una fuente grande y remover de vez en cuando para que se atempere sin apelmazarse en absoluto.
Lista para añadir las cosas que te apetezcan para servir caliente o fría.

Ver más en la escuela pinchado aquí "Mi primera ensaladilla de quinoa" 
Un abrazo.
Raquel Magem
Nos vemos en http://ladietistaraquel.es/escuela/
y si lees esto te haremos un 10% de descuento adicional a la oferta vigente en la escuela. 

jueves, 14 de enero de 2016

Piensa en integral


Hola,
Esta mañana le he preguntado a mi marido: "¿no te preocupa que no haya nada para comer? -No." Me ha respondido de forma concisa. A mi tampoco. A él por despreocupación y a mí porque con pasta en casa y verdura y poco más, comida solucionada en 10 minutos.
Por un lado hago la pasta (espirales pasta integral de espelta) y por otro un wok de zanahoria, calabacín y parte verde puerro más un poco de merluza cocinada que tenía en la nevera, aderezo gomasio y levadura nutricional y listo (la foto chula es de una ensalada de verano).
La cuestión es que la pasta es mi opción no planificada, la de solución rápida y eficiente. Eso sí, integral.
Una vez más voy a reivindicar algo de cajón.
Ojalá el consumo de lo integral fuera lo normal y de lo refinado como especial.
Que lo integral "es mejor" está por encima de lo macrobiótico o de cualquier tipo de alimentación de orientación saludable. Que un cereal con su cáscara y su germen nos aporta fibra y más nutrientes es lógico y sobradamente avalado por la ciencia. En estudios de dietética se repite una y otra vez pero al final es como si no fuera con nadie (cosas de la teoría pero no de la práctica). A nivel más avanzado está el tema de que el grano integral además nos aporta vitalidad "especial" pero ya no pretendo llegar más allá.
Os explico, el otro día, en la tienda ecológica, un hombre que quería hacer pan,  preguntaba por harina de espelta que fuera refinada.  Al oírlo me saltaron las alarmas. Me sonó fatal.
Pero lo peor, en este aspecto, que me he encontrado, fue en un showcooking macrobiótico que mostraban como hacer sushis con arroz blanco "porque es festivo".  Entonces ¿qué? Todo el día diciendo de comer integral pero llega el domingo y me doy un homenaje con refinado, menudo mensaje.
Yo como integral porque me gusta de verdad. No significa que en circunstancias determinadas coma refinado porque es lo que hay  pero de ahí a comprar para cocinar con blanco o refinado, nunca. ¿Para qué? Lo blanco o refinado es para mí, uno de los grandes engaños para la humanidad. Vender con tanto éxito algo "empobrecido" a base de hidratos vacíos y poco más como lo fino, lo gustoso y lo de disfrutar, me parece increíble.
En los supermercados, en todos sitios, cada vez hay más integral  pero debería ser algo normalizado en colegios, restaurantes... y en todas partes. Pero bueno, "es lo que hay". Yo me siento tremendamente afortunada de que mi padre nos diera la oportunidad de comer integral a toda la familia hace más de 25 años. Lo mejor es que ahora es más fácil pasarse a Integral y los productos son más accesibles día a día. 
Lo curioso del tema es ver cómo unos se apuntan y otros no. ¿ Te subes al tren?




Por un mundo más integral.
Raquel Magem
Nos vemos en http://ladietistaraquel.es/escuela/
y si lees esto te haremos un 10% de descuento adicional a la oferta vigente en la escuela.